Por Elena Morado
@Elena6Morado
Hace unos meses, hallé en You Tube una emisión del
programa “Enamorándonos” el cual
celebraba de una manera muy particular a los niños y niñas el 28 de abril del
2017: Siendo testigos de los conflictos, desacuerdos y malos entendidos de
parejas juveniles.
Y es que “Enamorándonos” se ha popularizado como un programa televisivo para
evidenciar a los solteros que desean tener una relación de pareja. Desde luego,
no sin antes, pasar por una selección que inicia con una sesión de preguntas y
respuestas entre los interesados mientras los divide un muro. Después surge la
oportunidad de conocerse y aceptar salidas que, regularmente, terminan mal. Ahora,
quiero expresar mi opinión al respecto respondiendo ¿Qué hacen menores de
aproximadamente 5 a 10 años ahí? Yo sabía que vería maltrato, humillación y
desprecio a los “festejados”, pues con una idea mal ejecutada porque la
planeación y el concepto del programa no van ni deberían estar enfocados a la
presencia de niños y niñas.
Lo preocupante
Lo primero que llamó mi atención
fue la manera impersonal de nombrar a los niños y niñas, ya que la conductora
los señalaba como “Mini mi”, pues cada uno representaba a los concursantes con
un disfraz de adulto como si fuera un ejemplo a seguir, digno de admiración.
Debo añadir que la producción del
programa, en algún momento, decidieron sacar a los menores de edad del set
porque el porvenir de la grabación era delicado. Después, retomaron la dinámica
cotidiana: Motivarlos a bailar reggaetón, a decir un diálogo disfrazado de
improvisación, opinar sobre relaciones enfermizas. Por si fuera poco, algunas
niñas lucían con minifaldas, extensiones de cabello, maquillaje y playeras
ajustadas: Hipersexualización a la vista.
¿Aún hay más? Sí, y es que en esta transmisión en
vivo, a la producción del programa se le ocurre una dinámica que consiste en que
una co-conductora introduzca bombones en la boca de una niña y, al mismo tiempo,
ésta exprese una opinión con la boca llena de dulce. ¿Es innecesario que
describa la humillación, sometimiento y desprecio a la dignidad de estas niñas?
Tan sólo vean la próxima imagen:
Cabe resaltar que no hay
instrucciones sólo expresiones imperativas: “¡A ver, abre la boca! ¡Empiecen a
narrar!”. Lo importante para “Enamorándonos” es sacar adelante el juego sin considerar
en lo más mínimo la duda y la amabilidad: por favor, gracias, ¿quieres hacerlo?
Lo inimaginable
“Nuestro amoroso se encariñó con…
¡Y sabremos si ella será la dueña de su corazón! ¡También conoceremos los
detalles de la cita de…! Descúbralo en Enamorándonos”. Estas frases se
pronunciaban mientras los infantes aplaudían y sonreían. Personalmente, el
contenido me parece inapropiado en un programa que se autocalifica como “familiar”.
¿Qué mensajes predominan al mismo tiempo que se refuerzan?
1.- La invasión a la privacidad
es correcta y está bien ser impertinente: Tanto la conductora como los
espectadores del set cuestionan y critican la relación de “los amorosos”.
2.- El amor como forma de control
y desconfianza: Las parejas que tenían citas (con cámaras y micrófonos
encendidos) mostraban sus dificultades para seguir, pues se asomaban rasgos
deshonestos y ruines.
3.- Palabras locales como: “bateados”,
“portal” pronunciadas con énfasis por adultos. Creen que los niños y niñas no
las entienden, pero los motivan a pronunciarlas (¿Quieren portal?). Y en
efecto, algunos no las comprenderán, pero sí pueden resultar ambigüas provocando
confusión.
4.- El hecho de definir la
belleza y apreciación de la persona cuando se viste femenina, coqueta y a la
moda. (Una de las niñas pasa al frente y la conductora insiste en calificarla
como hermosa porque está disfrazada como la mujer que la acompaña).
5.- Mostrar sentimientos y opiniones
respecto a una relación de pareja con la espera de obtener aceptación y
popularidad.
Lo desastroso