jueves, 10 de octubre de 2019

CARA FIGURADA, CARA LITERARIA


Por Elena Morado

@Elena6Morado

Hace unos meses que obtuve un nuevo empleo: Maestra de secundaria de español. Atiendo a los 3 niveles. Sinceramente, aún estoy temerosa y quienes se dedican a ello me entenderán y se identificarán: Los requisitos que hay que cumplir (trámites administrativos son extensos e infinitos). Por fortuna, aunque padezco de estrés e incertidumbre por esta nueva etapa, mis alumn@s son encantadores y hemos logrado hacer un bonito equipo de trabajo (tengo una preocupación menos). Y son tan agradables que manifiestan mucho interés en los libros infantiles y cuentos juveniles, en lo cual me especializo, así que me ha servido para innovar en la enseñanza de mi materia.

Por ello, quiero dedicar este espacio al título “Encuentra en cada cara lo que tiene de rara” del poeta, pintor, escritor y diplomático mexicano, Fernando del Paso. Recuerdo que tenía el tema: Lenguaje literario; lenguaje figurado. Mis alumnos de primer grado lo tenían bien comprendido, así que sólo teníamos que reforzarlo y desarrollarlo de una manera original. Y de repente, apareció este libro (gracias a que hace unos días lo había usado con niños y niñas de primaria) y, sin duda alguna, lo elegí para una clase formar y con un objetivo bien claro: Que los estudiantes diferencien las características y usos del lenguaje literario y lenguaje figurado (Toma nota, te recomiendo usarlo).


Foto de Elena Morado 

                                                                                                            ¿De qué trata? 

De rimas y fonética en el rostro de individuos (hombres, mujeres, niños y niñas). Sus caras son sinónimo de lozanía, desgracia, alegría y asombro, pues ¿Te imaginas a un robusto señor con cejas de perejil? Te invito a contemplar las ilustraciones del talentoso Del Paso.

Es un texto discontinuo porque es entendible sin importar la página o fragmento con el que quieras iniciar. Lo ideal es leerlo con ritmo (respeta las pausas) y enfatiza las emociones, pues cuando se trata de leer una figura retórica como la aliteración (repetición de sonidos) es forzoso crear un ambiente sonoro y sorpresivo para conservar lo hilarante de la obra literaria.  desgracia tener orejas de elefante ya que podríamos ser blanco de burlas y acosos; sin embargo, para otros podría significarse una oportunidad para ser apreciados y contemplados ante unas extremidades únicas e irrepetibles. La historia es que no hay historia porque cada “fenómeno” está en cada página del libro sus colores intensos y llamativos con trazos que obligan al lector a señalar, reír y curiosear ante los monigotes protagonistas de sus bendiciones o lamentos.

Mira mi Lectura Rapidita desde mi canal de You Tube para que conozcas un poco del contenido de este simpatiquísimo libro: 



¿Quién lo escribió? 

El escritor Del Paso nos deleita con cada página porque hay sorpresas y casos alocados acompañados de poesía (hipérbole: exageración). Es un deleite tanto leerlo para otros como escucharlo por otro.

Del Paso nace en 1935 en la Ciudad de México, y fallece en Guadalajara. Tiene cerca de 6 títulos poéticos para el público infantil (los adultos también terminamos seducidos). No sólo trabajó la rima, sino también escribió pregones, así que considera el resto de sus títulos para situar a tus estudiantes como poetas, escritores y pregoneros.

                                                                    Fotografía tomada de Google

Del Paso se consideraba un hombre de letras y por ello nos consintió a lectores de todas las edades con su retórica, sin embargo, no perdió la oportunidad de evidenciar nuestro nulo conocimiento, aprecio y consideración a los pueblos indígenas porque el poeta aceptaba con pesar que únicamente decimos y aprendemos a decir los nombres de nuestras comunidades cuando padecen y agonizan porque su sangre se derrama. Por ejemplo: Ayotzinapa.

                                                                Fotografía de El Universal 

¿Por qué leerlo? 

Como docente, este título es un tesoro. Te será de utilidad para darle montones de usos: informativo (explicar la función de nuestro idioma), cancionero (ante las peculiaridades de cada carita rarita, tus alumnos podrán tener la libertad de componer música). Sin duda, el resultado será agradable al oído, y tus clases se llenarán de sorpresas y regalos literarios porque el juego en el lenguaje aumentará las posibilidades de aprender y generar gozo por la literatura. Nota: Estos ejercicios puedes ejecutarlos con tu hijo, sobrino o vecino. No es necesario ser únicamente docente para disfrutar y jugar con los libros infantiles.

El cerebro humano está hecho para recordar situaciones extremas: lo más triste y desafortunado o lo más divertido y alegre. Desde luego, con “Encuentra en cada lo que tiene de rara” le apuesto a lo humorístico.

                                                               Fotografía de Elena Morado

¿Qué me hará sentir?

Principalmente, en tu alumnado despertará la curiosidad porque aprenderán el significado de palabras nuevas. Te recomiendo leer con anticipación el libro y buscar la definición de aquellas que no comprendas. En mi caso, abrí el diccionario para buscar piocha (herramienta usada principalmente en la minería), y capulín (fruto). Sin embargo, también es una gran oportunidad para, después de la lectura, invitar a tus estudiantes usar el diccionario.

Finalmente, si aún quieres saber más del uso y la forma de leer este título, mira mi video en mi canal de You Tube y ¡Suscríbete!


martes, 8 de octubre de 2019

3 Y MÁS ACCIONES PARA FOMENTAR LA LECTURA CON NIÑOS Y NIÑAS


Por Elena Morado

@Elena6Morado

Mucho me han preguntado sobre la forma ideal para fomentar la lectura en niños y niñas. Hoy quiero puntualizar las siguientes recomendaciones para ayudarte y guiarte en el uso lúdico y contemplativo de los libros infantiles (que no únicamente son para niños y niñas. A mí me fascinan). Tengo cerca de 8 años leyendo historias, pero sobre todo aconsejando a mis estudiantes sobre la importancia y trascendencia de los libros desde que lo sostienen entre sus manos.

Mi propósito no es hacer del momento de la lectura algo simplemente divertido, alegre y asombroso (tampoco es que tenga el fin de aburrir a mis escuchas de 6 a 12 años), pero mi apuesta es un concepto diferente porque he sido testigo de la cantidad de estímulos que reciben los menores de edad para ser entretenidos: usar tabletas para leer, aplaudir y moverse para mantener su atención, elaborar manualidades como resultado para comprobar, ante autoridades escolares y familiares, que han aprendido y trabajado en algo (sin importar que se deseche en algunos minutos). Últimamente, las actividades extraescolares han sido un gran negocio en México, sin embargo, no deja de impresionarme que el objetivo de estas sea: divertir y mantener contentos a los clientes infantiles.

Yo apuesto a usar dinámicas que involucren todas las emociones y sentimientos para generar un autoconocimiento del menor, pues las experiencias de la vida no sólo será sonreír mientras se baila reggeton (esas son las dinámicas de algunas escuelas que dicen ocupar “métodos científicos” en la enseñanza). Te propongo apostar a un contenido de calidad con ayuda de la reflexión. 

Fotografía de Pinterest

Algunos consejos más allá de mantener contentos a los niños y niñas


Señala lo que pronuncias: En cuanto usen un libro, invita a tu acompañante infantil a señalar con tu dedo lo que vas leyendo y viceversa. Esto le dará gran dinamismo a la lectura. No abuses de este consejo, practícalo de vez en cuando y llévalo a cabo con niños de 5 a 7 años, es decir para aquellos que aún les será útil este recurso. Recuerda las 5 habilidades para leer mejor: ritmo (respetar signos de puntuación), dicción (pronunciar adecuadamente las palabras), entonación (dale fuerza a la intención de las palabras) y volumen (sé audible, que te escuchen). 

Para lectores más grandes, pídeles que lean para ti mientras barres o lavas los trastes. Nota: No olvides que esto es recíproco, pues no se trata de poner a los niños y niñas a servicio de los adultos, sino de reforzar lazos afectivos a través de la lectura de un cuento o novela.

Lee tú también: Me encanta este punto porque es el más contradictorio y complejo de todos porque, como adultos, nos llenamos de palabrería repetitiva y amenazante (a mí también me ha pasado): Lee para ser más inteligente, lee para saber más, leer es divertido… Pero ¿Qué leemos? ¿Compartimos y conversamos sobre lo que leemos? ¿Sabemos transmitirlo? En la mayoría de veces, creo que no. Y es que a pesar de leer muchas historias no sabemos contarlas.

Desde hace unos años, mi método para acercar a mis estudiantes a los libros, películas y cortometrajes es provocar o llamar al interés: ¿Sabías que hay una historia sobre un grupo de jovencitos que quedan varados en una isla desierta y para sobrevivir tienen que herirse y asesinarse? O me sitúo en mi vida cotidiana: Ayer vi una película maravillosa de terror porque trata sobre 2 pequeñas amigas, pero 1 de ellas le hace creer a la otra que es bruja y que tiene poderes malévolos tanto así que la tiene amenazada y obligada a conseguir elementos para sus hechizos. Lo comparto con mucha pasión y entusiasmo, pues además de sentirlo lo considero para invitar al otro. En definitiva, no causaría el mismo efecto si lo hiciera “con cara de pocos amigos”. ¡je! Así que ¡Practícalo!

Fotografía de Pinterest

Juega, reflexiona y contempla: A mí me pone muy contenta cuando mis alumnos llegan a clase y me comparten que han visto, junto con su familia, la película o libro que les he recomendado porque situaciones así, permiten ampliar el diálogo con ellos, conocer sus intereses y aficiones y, desde luego, puntos de vista de jugar, reflexionar y contemplar un mismo producto. Cuando esto sucede, no te imaginas cómo me gustaría que los testigos fueran los directivos, coordinadores y supervisores escolares (es algo que no aprecian y si sucede, lo subestiman). Para mí, el ejemplo y esa comunicación inesperada entre un menor de edad y un adulto es oro puro porque estamos educando desde la invitación amable y generosa. Es por eso que el escritor Michael Ende planteaba: 2 personas que leen un mismo libro ¿Están leyendo la misma historia? 

Evita calificar y medir

Es un error continuo y que ha terminado por considerarse, socialmente, como aceptable. Es un acto que me decepciona y lastima mi profesión porque, por obligación, he quedado sujeta a restricciones como: Evalúa cuántas palabras lee por minuto, oblígalos a entregar un resumen de la lectura, deben de leer 6 libros durante el ciclo escolar. Es un paso erróneo porque si en, en primaria, trabajamos fomento ¿Por qué reducirlo a obligación? He notado en el nivel de secundaria, que lamentablemente el juego y las narraciones orales no son consideradas prioridad para los jóvenes porque ahora, en su nivel, la lectura es formalidad y restricción (hasta las sillas de las bibliotecas escolares sólo están diseñadas para el público infantil). Hay tanta falta de importancia no sólo al acto de leer, sino a quienes somos mediadores de lectura porque no hay lugares para ejercer, y si los hay, son empleos que aparecen y reaparecen sin pagos justos ni prestaciones de ley. 

Por ello, evita (dentro de tus posibilidades) calificar y medir. El acto de leer no debería ajustarse únicamente a parámetros cuantitativos, pues además de perder tiempo en reportes, observaciones o hasta regaños, fomentamos el desánimo, la preocupación y apatía porque todo se centra en que el estudiante consiga una calificación impuesta por un adulto. No me opongo totalmente a ello, pero cuando emitimos el mensaje de leer por gusto ¿Acaso estas medidas no son contradictorias? Como maestra, me apena mucho tener que ajustarme a ello por obligación.

En el siguiente video, te presento algunas sugerencias para favorecer la lectura. Míralo y aprovecha para suscribirte a mi canal de You Tube “Elena Morado”:


Últimos consejos…

Espero que te sea de utilidad mi artículo. Búscame en Instagram y Facebook como Juegos de Lectura (Ya tengo canal de You Tube). Te regalo unos consejos más:

*Usa el efecto sorpresa: Haz pausas breves mientras lees un cuento, juega a cerrar el libro por algunos minutos para mantener el interés, aprovecha para que tu escucha indague sobre qué sucederá.
 
*Pide lo que quieres conseguir: Si quieres silencio, pídelo amablemente y añade consecuencias. Por ejemplo: Como hoy están muy inquietos y no me escuchan, tendré que interrumpir la historia y no creo poderla retomar.

*Invítalos a participar: ¿Qué ves en la imagen? ¿De qué tratará el cuento? ¿Estás seguro de lo que estás viendo? ¿Por qué? (Estas preguntas en espera de explicaciones, procura hacerles con amabilidad y sin presionar al niño. Avanza poco a poco). 

Así que no nos detengamos en este camino de aprendizaje ni tampoco dudes en compartirme tus opiniones :D 

Fotografía de Pinterest

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